10/17/2009

Una carrera corta con futuro


Desde fines del siglo pasado vivimos en un entorno de cambios tecnológicos, políticos, sociales, económicos y culturales sin precedentes.

Viejas profesiones se reforman o se extinguen, mientras nacen otras nuevas; los trabajos en equipo de mentes brillantes que cooperan entre sí acaparan la entrega del Premio Nobel en desmedro de las grandes figuras solitarias de la ciencia; la tecnología está produciendo efectos que parecen milagrosos en todos los campos del quehacer humano, y las telecomunicaciones han achicado el mundo hasta convertirlo en la ‘aldea global’.'

Es en este contexto que una de las actividades más importantes del ser humano, como lo es la inversión bursátil, se ha transformado en algo accesible para cualquier persona con conexión a Internet, lo que parece tan fantástico e increíble como cualquier otro de los ‘milagros’ de las telecomunicaciones modernas.

Quizá el cambio principal en el siglo XX haya sido el rol de la mujer, que ha desarrollado en el mundo social, laboral y organizacional un papel nunca antes visto. En el mundo de las inversiones bursátiles, la mujer también ha avanzado desde una casi inexistencia en las compañías financieras, hasta una presencia que cuenta con ventajas, tanto en el asesoramiento bursátil como en la operatoria.

Diferentes estudios en todo el mundo confirman que las mujeres tienen algunos atributos superiores a los de los hombres, a la hora de asesorar y de invertir.

Teniendo en cuenta esta revolución tecnológica, socio-econónica y cultural, ha florecido en todo el mundo la figura del inversor independiente, la persona que puede cargar órdenes al mercado internacional (llamado también ''Mercado Abierto Electrónico''), en forma directa, desde su máquina, y por lo tanto desde cualquier lugar físico (la oficina, el hogar, el hotel donde se vacaciona, etc.).

Las distancias de la comunicación de todo tipo, en general, se han achicado, y en particular, las de la inversión bursátil, y esto hace posible que surjan propuestas de profesiones como la carrera corta de ‘Operador/a y Asesor/a Bursátil’, una actividad que permite buscar clientes a los que manejarle el dinero invirtiéndolo prudente y cuidadosamente, por haber adquirido sólidos conocimientos, pero que además tiene la particularidad de proveer la capacidad de multiplicar el propio dinero de quien se capacita (o de familiares directos o indirectos) practicando las diferentes estrategias aprendidas.

Esta carrera es especialmente útil para personas jóvenes, porque obviamente todo plan de inversión exitoso en la Bolsa de Comercio es ayudado por un horizonte temporal amplio.

Abel Cortese
(Fuente: http://www.carreras-cortas.com/)