9/09/2009

Kim Kiyosaki: "Las mujeres son mejores administradoras que los hombres"

Desde hace 24 años está casada con Robert Kiyosaki, autor del best seller "Padre rico, padre pobre".

Con su propio libro, "Mujer millonaria", la empresaria devela las claves para que las mujeres y el dinero tengan, finalmente, una relación exitosa.

Todo sonrisas. La blonda Kim Kiyosaki (52) aparece en el hotel lista para la entrevista. Impecablemente vestida y maquillada, la mujer del gurú financiero Robert Kiyosaki saluda y comenta: “Quizá pueda aprender más español, hoy es mi meta...”.

Su charla está regada de palabras como ‘metas’, ‘valores’ y ‘mercados’. Le cabe a la perfección el dicho: ‘detrás de un hombre exitoso hay una gran mujer’.

Sin apoyo académico específico y basada en el gran éxito del libro debut de Robert –"Padre rico, padre pobre"– la pareja creó un imperio de la nada: The Rich Dad Company, que hoy cuenta con decenas de títulos, seminarios financieros motivacionales y hasta un sistema de coaching online.

“Cuando empezamos, Robert daba charlas sobre la filosofía del Padre Rico y yo me dedicaba a hablarles a las mujeres. Y no importaba si estaba en Buenos Aires, Singapur o Sudáfrica, ellas se me acercaban con los mismos problemas y preguntas”, recuerda Kim. Entonces escribió "Mujer millonaria, guía financiera para la mujer"... ¡Porque odio que me digan qué hacer!" (Edit. Aguilar), un libro basado en anécdotas personales para que las mujeres se abran camino en el difícil mundo de las finanzas.

¿Por qué te enfocás en las mujeres?
Nuestros problemas son diferentes. Cuanto más envejecemos, más enfrentamos lo que llamo ‘un llamado de atención’ –un divorcio, la muerte de un cónyuge, una enfermedad– y el clásico ¿ahora qué hago? Para muchas, es la primera vez que enfrentan el tema monetario. Sé que solemos sacar nuestros talentos a relucir en situaciones de emergencia, pero no quise que llegaran a ese extremo. Escucho: ‘Soy taaan tonta con los números’, ¡lo hacen sonar como si estuvieran orgullosas! Tienden a creer que es un mundo de hombres, cuando no es así. Lo que pasa es que muchas no tuvieron educación como para saber sumergirse de lleno en él.

Muhammad Yunus –precursor de los microcréditos a los pobres– dice que prefiere prestarnos dinero a nosotras... ¡Coincido con él! Las estadísticas muestran que la devolución es de 99%, muy alta, las mujeres son grandes administradoras. Crear sus negocios –aún si son pequeños– les permite tener el control. A mí me pasó. Pero yo siempre tuve mi objetivo claro: Robert y yo decíamos que nuestra única meta era ser libres financieramente. Y, cuando lo logramos –tenía 37 años– no es que teníamos millones de dólares, sólo el dinero de nuestras entradas –unos diez mil dólares–, que no era mucho pero era más que nuestros gastos –tres mil dólares–. Fue la primera vez que pude preguntarme qué era lo que quería hacer de mi vida. Porque hasta ese momento vivía para pagar facturas, sobrevivía.

¿Cómo se logra eso?
Invirtiendo. Por mucho tiempo nuestros amigos tenían casas grandes, autos lindos, mientras nosotros nos quedábamos en casita, con nuestro auto viejo y, en vez de gastar el dinero, lo invertíamos.
Hoy tenemos la gran casa y el auto lindo pero se paga con el dinero de nuestros activos. No todo es cobrar el sueldo-consumir. La gente gasta todo el dinero que gana, lo que yo hago es invertir primero y luego los beneficios de mis inversiones me permiten consumir. Las ganancias me generan adrenalina. Odio perder, he perdido dinero en el pasado y ¡odio perder dinero! Amo ganarlo y el truco es dar pequeños pasos. Tomá un papel y anotá cuánto dinero tenés. Especialmente si estás casada, tenés que saber dónde está para que no te tomen por sorpresa si algo sale mal. Aprendé a usarlo. Y por último, hacé que tu dinero crezca. ¡Invertí! Dar estos pequeños pasos te dará alas a la larga y confianza para pasar al próximo nivel. Las mujeres aprenden mucho de otras mujeres, nos aconsejamos. No tenemos miedo de preguntar. Aquí se pueden sumar a clubes llamados Cash Flow donde se puede practicar y aprender de errores con dinero ficticio, y eso ayuda a que amplíen su educación. Y, si es con amigas, ¡mejor! A veces te sentís frustrada y necesitás que haya alguien que te entienda.

Un matrimonio argentino acaba de ganar un premio de 24 millones de pesos en un juego de azar, ¿cuál sería la mejor manera de invertirlo?
La gente suele gastarse todo: compran cosas y terminan generando deudas. Gastaría un 20% en pasarla bien. Pero luego pondría el resto a un lado y me ocuparía de educarme (leer, informarme online, inscribirme en seminarios). Hay dos cosas en las que vos podés invertir: en tiempo y en dinero. Hasta no tener la educación financiera, nunca invertiría dinero sino tiempo en educación. Después sí, arrancaría con una pequeña inversión.

MAS QUE UNA CARA BONITA
“¡Acá estás!, te estaba buscando”, exclama Robert Kiyosaki. El gurú del dinero –nacido en Hawaii, de origen japonés– se acerca a la mesa trajeado, impecable y cruza un par de frases como su mujer. Se muestra feliz al ver que esta vez Kim sea el centro de atención.

“La gente se queda mirándome, esperan una japonesa y ven los ojos claros, el cabello rubio y se sorprenden...”, explica ella entre risas.

La empresaria cuenta que esta es su primera visita al país y que aprovechó para comprar vino Malbec y varios libros. Confiesa que su empresa –The Rich Dad Company– es como “su hijo” ya que “con Robert no somos padres por elección” y confiesa que tuvo tiempos difíciles:

“Estuvimos en bancarrota. Hubo épocas en las que teníamos dos dólares para todo un fin de semana y vivíamos a quesadillas en la calle”. Hoy, se ve segura. “El miedo te puede ayudar pero también paralizar. Yo cometí un gran error en una de mis inversiones, dejé que el miedo me detuviera, y pasar por eso hizo que mi miedo desapareciera. Hoy, creo que el temor más grande es a lo desconocido y que la mejor manera de superarlo es con educación”.

¿Cómo te llevás con tus gastos? ¿Usás tarjetas de crédito?
¡Todo el tiempo! La gente dice ‘¡cortá tus tarjetas!’ y no. El problema no son las tarjetas sino la persona que las usa. El dinero tiene mala fama. Hay una frase del filósofo James Allen que dice que ‘Las circunstancias no hacen al hombre, las circunstancias revelan al hombre’. Y, si reemplazás ‘circunstancias’ por ‘dinero’... es así: si sos una persona codiciosa, más dinero te hará más codicioso. Si sos generosa, te hará más generosa. Depende de la persona y también de cómo hacés tu dinero. Si lo hacés haciendo un buen trabajo, eso define quién sos.

¿Qué cosas te vuelven loca al ver la relación mujeres-dinero?
Cuando pretenden ser estúpidas. Una mujer que se casa por dinero y quienes dicen ‘no necesito saber eso’. Fijate, muchas mujeres están en matrimonios infelices porque él es quien provee el dinero y ella tiene miedo de dejarlo por temor a no poder hacerse cargo de sí misma. Es aterrador. Pero es tiempo de que las mujeres tomemos responsabilidad por nuestras vidas y que dejemos de pretender que no sabemos cómo hacerlo.

¿Que alguien se hará cargo de nosotras por el resto de nuestras vidas? (se ríe a carcajadas). Todo eso me frustra. Cada uno vive absolutamente por su cuenta. Yo me retiré a los 37 años. Tengo un seguro social sí, pero no creo que esté ahí cuando cumpla los 65. El Gobierno está tan quebrado que no podés contar con eso, además me gusta tener el control y saber que mis finanzas estarán allí cuando las necesite. Por eso aliento a las mujeres a preocuparse, porque ¿alguien hubiera pensado que General Motors caería?

Sin embargo, Barack Obama dijo que la crisis está empezando a remontar... (se ríe)

Me gusta Obama, creo que es un gran hombre, pero no estoy de acuerdo. Creo que la crisis estará por unos tres o cuatro años más, pero lo bueno es que la gente se dará cuenta de que no puede depender 100% del Gobierno ni de las compañías que te emplean. También que en las inversiones todo estaba sobrevaluado y fuera de control. Esta crisis hará que la gente vuelva a los fundamentos.

Paula Ikeda (Fuente: www.parati.com.ar)