9/22/2009

Amas del dinero

Las mujeres somos mejores inversionistas que los hombres y eso es un hecho científico y comprobado.

Quizá este artículo nos dé algo que pensar a mujeres y a hombres. A las primeras, la seguridad para considerarse aptas y empoderadas para asumir un papel más vocal en lo que a su dinero, o al dinero de su familia se refiere.

“Las mujeres somos mejores inversionistas”. No, esto no es un eslogan feminista ni un reto al establishment financiero en donde corre más testosterona que en un juego de futbol americano.

Las mujeres somos mejores inversionistas que los hombres y eso es un hecho científico y comprobado.

Una tesis que yo siempre he mantenido por evidencia empírica (o sea por lo que he visto en mi práctica profesional) ahora está confirmada. Jason Zweig, un columnista del Wall Street Journal, lo publica en su más reciente columna, a propósito del pasado día de las madres, que creo que vale mucho la pena comentar:

“¿Cómo sería diferente el mundo financiero si fuera gobernado por mujeres?"

Dos profesores de finanzas de la Universidad de California (en Davis y en Berkley) han dedicado sus estudios e investigaciones a tratar de contestar esta pregunta con resultados bastante interesantes.

Brad Barber y Terrence Odean han encontrado que los rendimientos de los portafolios de inversión administrados por mujeres superan en 1% anual a los manejados por hombres. Las mujeres hacen menos operaciones de compra-venta, tienen inversiones menos volátiles y riesgosas y mejores beneficios en el largo plazo.

En gran medida esto se debe a la actitud general de las mujeres ante la vida y en énfasis espacial que le ponen a la seguridad (usan más el cinturón de seguridad, van a chequeos médicos y no se pasan la luz roja) y porque tienden a ser menos sobreconfiadas por lo que manejan el dinero de mejor, más cauta y más informada manera. Además se preocupan más por pensar en el largo plazo, son más proclives a pedir ayuda cuando no entienden algo y a preocuparse por los riesgos y tratar de prevenirlos.

Ahora, la razón por la que las mujeres manejan menos dinero (más allá del gasto diario de los hogares, que es tradicionalmente una labor de faldas) es porque social e históricamente se ha asumido que “los que deben encargarse de administrar los ahorros e inversiones de la casa” son los hombres que “entienden mejor de esas cosas”.

Ideas (anacrónicas) que, aun con la creciente participación de las mujeres en el mercado de trabajo, han probado ser difíciles de cambiar y adecuar a la realidad.

Quizá este artículo nos dé algo que pensar a mujeres y a hombres. A las primeras, la seguridad para considerarse aptas y empoderadas para asumir un papel más vocal en lo que a su dinero, o al dinero de su familia se refiere. Y a los segundos, el hecho de que un plan de finanzas personales que cuente con la injerencia y participación de las mujeres interesadas (sea la esposa, la hija…) puede pintar un futuro mucho más rosa.

A propósito de mujeres y dinero…

Gran coincidencia que este estudio empiece a cobrar relevancia justo cuando mi nuevo libro "Cabrona y millonaria" sale al mercado. Una guía divertida, útil y diferente de finanzas personales para las mujeres, que es a la vez chistoso y muy informativo. ¿El título suena un poco innecesario? ¿Acaso no se habría podido llamar "Educada y millonaria"? En lo más mínimo. Para hacerse rica en el mundo de hoy, hay que ser indudablemente Cabronas, entendiendo por este adjetivo a una mujer asertiva, que sabe lo que quiere y que lucha por conseguirlo. Armas indispensables para triunfar en el mundo financiero de hoy.

Es un libro muy importante y necesario para las mujeres (y para los machos que se atrevan a leerlo, también).

Adina Chelminsky