8/28/2009

Las mujeres se animan a invertir

Ya han incursionado y avanzado, prácticamente, en todos los ámbitos, enriqueciéndolos con su mirada, muchas veces complementaria a la del hombre.

Sin embargo, en lo que hace al manejo del dinero, todavía al sexo femenino le falta “tomar el toro por las astas”. Al frente de una de las instituciones más difíciles de administrar, “el hogar”, tienen aprobadas unas cuantas materias en lo que hace al manejo del dinero.

Curiosamente, la palabra economía, fue utilizada por Aristóteles alrededor del año 350 antes de Cristo para referirse a la “ciencia de la administración doméstica”. A pesar de esto, luego de múltiples charlas con mujeres se puede afirmar que son pocas las que se sientan a pensar en el dinero o a planificar su futuro financiero, con la importancia creciente que esto reviste en un mundo donde cada vez son más las que se divorcian y las que saben que su libertad y crecimiento como individuos depende, en gran parte, de la independencia económica.

UN TOQUE FEMENINO
A los talleres de “Coaching Financiero para Mujeres” asisten personas que se desempeñan en todos los ámbitos, desde empresarias y profesionales hasta amas de casa y entrepreneurs, todas con carácter y gran capacidad de decisión.

Allí, surgen temas que son comunes a muchas de ellas y algunas diferencias producto de un cambio a nivel generacional. Un punto coincidente es que entienden la importancia de involucrarse en el manejo de su desarrollo financiero, es decir que además de aspirar a un desarrollo afectivo, espiritual y profesional, no pueden dejar de lado el crecimiento económico, sin el que verían limitado su desarrollo en los otros ámbitos.

Otro punto compartido es que, al momento de querer profundizar acerca de temas financieros, salvo las mujeres que se dedicaron a carreras relacionadas, el resto no encuentra un espacio donde adquirir conocimientos prácticos y aplicables, adaptados a un lenguaje de todos los días.
En estos talleres también se pueden detectar que hay un proceso evolutivo del mundo femenino, en relación con el dinero que se va potenciando de generación en generación. De allí, surge que existen marcadas diferencias en cuanto a la percepción y el manejo de las finanzas de acuerdo a la etapa de la vida en la que una se encuentra cada una.

Este no es un tema menor, ya que lo que uno haga para generar ingresos, retenerlos y acrecentarlos estará íntimamente relacionado con lo que luego simbolice para cada una.

MUJERES DE CUARENTA
El desarrollo laboral de la mujer, ya sea producto de una necesidad económica o de la realización personal, trajo como consecuencia una forma distinta de relación con el dinero.

Hoy en día, muchas trabajan por convicción y saben que el trabajo es un ámbito importante para lograr plenitud y realización personal e independencia. De esta forma, generan sus propios recursos y se sienten con libertad para administrar, disponer de aquello que producen y también con libertad para equivocarse sin culpa.

Esto les permite aprender y seguir actuando en lugar de quedar paralizadas y con la sensación de “no sirvo para esto”. En las parejas jóvenes, es habitual ver que ambos trabajan y entienden la importancia que tiene el desarrollo individual de cada uno, así como también la importancia de que la responsabilidad del sostén económico no recaiga sobre un solo integrante.

Este cambio de mirada que está produciéndose saca a la mujer de su “lugar de privilegio” como “reina del hogar” y al hombre de su lugar de “columna vertebral de la familia”, con la carga que eso implica. A su vez, coloca a hombres y mujeres en una situación de mayor equilibrio que les permite disfrutar a ambos tanto del hogar y de los afectos como de un desarrollo profesional y material.

En su libro "El sexo oculto del dinero", Clara Coria sostiene que el manejo del dinero “grande”, aquel que da poder y permite hacer cosas significativas como mudarse y cambiar el auto y, también, el de las inversiones, normalmente se atribuye al hombre y la mujer tiene el manejo del “dinero chico”, el de las compras de todos los días, el que no da poder.

Sin embargo, hombres y mujeres de las generaciones más recientes, están produciendo un cambio importante en este sentido. Las decisiones acerca del “dinero grande”, se está tornando compartida y, en la mayoría de los casos, ambos saben cuánto efectivo hay y cómo está distribuido.

LAS GENERACIONES ANTERIORES
Las mujeres que forman parte de este grupo nacieron en un país en el que hasta 1947 no podían votar, que recién a partir de 1969 pudieron disponer de sus bienes y en 1986 acceder al divorcio vincular.

Esto marcó una generación que creció bajo un sistema de creencias que distorsionaban sus pensamientos, visión y conductas. Son, por así decirlo, de “transición”, educadas de acuerdo a leyes que ya no existían, pero que estaban muy arraigadas en la sociedad y en su interior.

Estas mujeres vivieron tironeadas, por un lado, por lo que “debían hacer” y, por el otro, con saber que tenían un potencial para realizar. Pero, para lograrlo tenían que enfrentarse y desafiar cientos de paradigmas sociales y pagar altos costos por ello.

En ellas, aún convive esta sensación de rivalidad entre el dinero y los afectos, el desarrollo profesional y los hijos, el progreso de su propio ser o de lo que los demás esperan de ellas.
A su vez, son mujeres que se atrevieron a romper moldes y se animaron a las nuevas generaciones para tener una mirada distinta y valorar su individualidad e independencia.

UNA MIRADA HACIA EL FUTURO
Más allá de que todavía existen importantes diferencias de género, lo cierto es que las mujeres, hoy en día, tienen muchas posibilidades a su alcance para generar riqueza, disponer de sus y ser tan ricas y prósperas como se lo propongan.

Tomar “el toro por las astas”, en el ámbito de las finanzas personales implica poner foco y acción en este ámbito. Para esto, hay que mirar de frente el tema y trabajar en forma ordenada en ámbitos como su situación actual (determinar dónde se encuentra en la actualidad), su objetivo (dónde quiere estar), las metas que debe cumplir para alcanzarlo y cómo lograrlo y qué herramientas existen para hacerlo.

Para esto, es necesario estar dispuesta a dedicar tiempo al análisis, a capacitarse y contar con la predisposición para actuar. A su vez, es importante animarse a hacer y aprender de sus errores ya que el mayor fracaso es quedarse inmóvil por miedo a fracasar.

(FuenteRevista Inversor Global
http://www.inversorglobal.com.ar/)

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