8/04/2009

Cinco claves del éxito y la riqueza que nunca hay que olvidar (V)


Quinta Clave: Participe en la Edad Dorada que se avecina

Cualquier época está llena de oportunidades. Pero nunca, hasta ahora, el futuro ha sido tan prometedor para tanta gente. Estamos si­tuados en la rampa de lanzamiento de una verdadera Edad Dorada. El mundo es como la línea de partida de una carrera de caballos que va a ser emocionante, divertida y llena de compensaciones. He aquí por que.

Integración económica de todo el planeta. Los países cada vez son más interdependientes económicamente. El crecimiento del mercado mundial de bienes y servicios significa que las naciones, en razón de sus capacidades, su clima, su tecnología y sus recursos, pueden espe­cializarse, de forma ventajosa, para fabricar productos. Una de las consecuencias más importantes de la integración económica mundial será un gran crecimiento de la productividad, traducido en un mayor número de cosas para que la gente las disfrute.

Otra de las ventajas del aumento de la interdependencia económica es que hará bajar la posibilidad de guerras. De la misma forma que las personas que se necesitan unas a otras no quieren pelear, las nacio­nes que dependen unas de otras no quieren ir a la guerra entre ellas.

El crecimiento de la población continuará. El principal combustible para la inmensa expansión económica que siguió a la segunda guerra mundial fue el crecimiento de la población.

Durante el período comprendido entre 1945 y 1985, la población de los Estados Unidos creció en 100 millones de habitantes. Ese mayor número de habitantes dio lugar a que se construyeran un mayor núme­ro de casas, escuelas, iglesias, carreteras, se produjeran libros, medios de diversión, cuidados médicos; en definitiva, todos los productos que las personas necesitan por ser personas.

Algunos creen que el crecimiento de la población es un error. Los pesimistas, los derrotistas y aquellos que siempre encuentran fallos en todo dicen que los Estados Unido (y el mundo en general) ya están superpoblados. Según el criterio de estas personas, caminamos hacia una carencia de espacio, agua, comida, aire y de otros ingredientes ne­cesarios para vivir bien.

No permita que las personas que piensan caprichosamente, en sen­tido negativo, perturben su mente. Los Estados Unidos no tendrán ningún problema en mantener a una población de entre 400 y 500 mi­llones de personas (aproximadamente el doble del número actual) du­rante las próximas tres o cuatro décadas.

Tenga en cuenta los siguientes hechos:

— A pesar del crecimiento de la población desde 90 millones de personas en el año 1885 hasta 240 millones en el año 1985, se cultivaron menos acres de terreno y la gente ha llegado a estar mucho mejor vestida, alimentada y resguardada. El hambre que pueda existir hoy en día es un problema político, no un proble­ma de producción, económico o tecnológico.

— En los Estados Unidos, hay más de 10 acres de tierra (equiva­lentes a unos 45.000 metros cuadrados) por cada hombre, mujer y niño.

— Si la gente vive en condiciones de superpoblación (en Nueva York, Washington D.C. o Chicago) es porque ella quiere, no porque tenga que ser así.

El 75% de la superficie terrestre está cubiera por agua; por medios tecnológicos podría eliminarse la sal que contiene y sus impurezas, si así lo necesitáramos.

Existen grandes oportunidades para las personas que ven en el cre­cimiento de la población algo positivo.

La tecnología se desarrollará. La tecnología ya es uno de los secto­res principales. Pero si pensamos en sus posibilidades, todavía es como un niño pequeño. Están desarrollándose rápidamente grandes oportunidades en distintas carreras profesionales, negocios y en inversión en campos tales como la ingeniería genética, la energía solar y eólica la erradicación y prevención de las enfermedades y la explotación, fondo, del espacio extraterrestre. La tecnología nos permitirá construir un sistema interestatal de autopistas. La esperanza de vida puede alcanzar hasta la edad de 95 años o más aún. Todo esto y más puede ocurrir en las décadas que tenemos inmediatamente delante, década que van a tener un efecto directo en su futuro.

Las necesidades humanas seguirán siendo insaciables. El concepto que planteó Adam Smith, hace aproximadamente dos siglos, de q no pueden ser satisfechas todas las necesidades humanas será tan cíe to en el futuro como lo es ahora. Tomemos en consideración, p ejemplo, los viajes, que representan, simplemente, una de las docenas de campos de oportunidades. La gente no puede satisfacer todos s deseos de visitar diferentes lugares en nuestro país y en otros países En el último año, solamente un norteamericano de cada 100 viajó fuera de los Estados Unidos. Cuanto más viaja una persona, más quiere viajar. Si bien los viajes internacionales alcanzaron cifras récord el último año, es probable que se multipliquen como mínimo por cinco durante las próximas dos décadas. Piense en cómo el sector de los viajes puede afectar a otros sectores, tales como el de fabricación de avión y el hotelero.

La Edad Dorada se extiende ante nosotros. Véala. Aprovéchese d ella. Dísfrútela. De la misma forma que la gente no veía las oportunidades hace 40 años, la mayoría de las personas no descubrirán la Edad Dorada hasta que sea demasiado tarde para que puedan beneficiar de ella.

Es difícil explicar a un niño cómo alguien puede ser hoy pobre después del inmenso crecimiento económico y la gran mejoría social que han tenido lugar en los últimos 40 años. Será aún más difícil explicar en el futuro la mediocridad que afecta a tantas personas.

Decídase ahora a contribuir a formar un futuro maravilloso para usted y para sus seres queridos.

Abra las puertas del futuro con estas llaves...
hacia la prosperidad

Entréguese de forma total a la acumulación de riqueza. El momento de comenzar esta labor es ahora mismo, no cuando esté usted un poco mejor económicamente o cuando no tenga casi nada. ¡Empiece ahora mismo!

Pague su Impuesto sobre la Independencia Económica. Con­vierta el pago de «impuestos» a usted mismo en un pasaporte para la riqueza. Obtenga el máximo rendimiento a lo que gana. No desperdicie, no sea caprichoso. Piense para sus adentros que tanto la recom­pensa como el sacrificio son atractivos. Sírvase de un endeudamiento inteligente y evite el endeudamien­to innecesario.

Piense en cómo va a sobrevivir usted, no en cómo va a prosperar la economía en su conjunto.

— Participe en la Edad Dorada que se avecina. Lo mejor está toda­vía por venir.

David J. Schwartz

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